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Descripción
Aldea de Antiguallas
La Aldea de Antiguallas, ubicada en el municipio de Baleira, Lugo, es un ejemplo destacado del patrimonio cultural etnográfico gallego. Este pequeño núcleo de población se caracteriza por sus construcciones tradicionales, que nos transportan a tiempos pasados y nos permiten conocer cómo era la vida en el campo gallego.
Arquitectura tradicional de piedra y madera
Las viviendas de la aldea están construidas con muros de mampostería y sillería de granito y pizarra, materiales típicos de la zona que dan forma a las fachadas de las casas. Las cubiertas también están hechas de estos materiales, lo que refleja la adaptación de sus habitantes al entorno natural.
En el entorno de la aldea se conservan varios hórreos y cabazos construidos con madera y ramas de árboles, elementos tradicionales que servían para almacenar el maíz y otros productos agrícolas, protegidos de la humedad y los animales. Estos edificios, cubiertos con paja de centeno, son una muestra de la sabiduría popular en la construcción rural.
Un asentamiento sobre un castro antiguo
La aldea se sitúa sobre los restos de un castro celta, lo que otorga a este lugar un valor histórico adicional. Los castros eran asentamientos fortificados típicos de la cultura celta que habitaron Galicia hace más de 2.000 años. Este hecho convierte a Antiguallas en un punto de interés tanto para los amantes de la historia como para aquellos interesados en la arqueología.
Camino Primitivo y su conexión con el turismo
El Camino Primitivo, uno de los itinerarios más antiguos de la famosa red de rutas jacobeas, pasa cerca de esta aldea, lo que la convierte en un destino atractivo para los peregrinos que recorren esta histórica ruta hacia Santiago de Compostela. Los viajeros que pasan por aquí no solo pueden disfrutar de la belleza natural de la región, sino también sumergirse en la rica herencia cultural de los pueblos que lo salpican.
Conclusión
Visitar la Aldea de Antiguallas es una inmersión en la Galicia más auténtica. Entre sus casas de piedra, hórreos de madera y el eco del Camino Primitivo, este pequeño rincón de Lugo invita a los viajeros a descubrir un patrimonio único, donde la historia, la arquitectura y la tradición rural se mantienen vivas.