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Descripción
Castros de Mandiá
Los Castros de Mandiá, situados en el municipio de Ferrol, en la provincia de A Coruña, constituyen uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la región. Esta antigua fortificación celta, que se encuentra en una loma de 76 metros de altura, ofrece un fascinante vistazo a la historia de los pueblos prerromanos que habitaron Galicia hace más de dos mil años.
Ubicación y características del yacimiento
Las coordenadas del Castro de Mandiá son 43º 30' 52.9" N y 8º 13' 50.9" W, lo que sitúa el yacimiento en una estratégica elevación desde donde se podía controlar el entorno circundante. El castro tiene una forma ovalada, con 88 metros de largo de norte a sur y 105 metros de este a oeste. Su recinto principal, que se encuentra rodeado por dos líneas de murallas concéntricas, muestra una impresionante organización defensiva.
Murallas y estructuras defensivas
Las murallas del castro están construidas con piedra y tierra menuda, formando una estructura robusta que protegía a sus habitantes. En el lado este y sur del recinto, se encuentran fosos que refuerzan la seguridad de la fortificación. Además, el castro cuenta con varias entradas, una al noroeste y otra al sur, que atraviesan los sistemas defensivos. Esta compleja red de muros, terraplenes y fosos transmite una sensación de potencia y una gran capacidad de organización por parte de los pueblos que habitaron este lugar.
El Castro y el Camino Inglés
El Castro de Mandiá no solo tiene un valor histórico por sí mismo, sino que también se encuentra en una de las rutas más importantes del Camino de Santiago: el Camino Inglés. Este recorrido, que conecta A Coruña con Santiago de Compostela, permite a los peregrinos disfrutar de un paisaje lleno de historia y patrimonio. Aquellos que transiten por esta ruta podrán acercarse a los vestigios de los antiguos habitantes de la región y contemplar la magnífica panorámica que ofrece el castro.
Conclusión
El Castro de Mandiá es un valioso testimonio del pasado celta de Galicia, un lugar que no solo atrae a los amantes de la arqueología, sino también a aquellos interesados en la historia y la cultura gallega. Su emplazamiento estratégico y su impresionante sistema defensivo lo convierten en un lugar digno de ser visitado, tanto por los peregrinos del Camino Inglés como por todos los que buscan descubrir el rico patrimonio cultural de la región.