Casa de Sabariz

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Galicia turística

Acceso directo

Cómo llegar

Descripción

Casa de Sabariz

En el corazón de Ourense, en el pequeño pueblo de San Amaro, se encuentra un destacado ejemplo del patrimonio cultural gallego: la Casa de Sabariz, una edificación que ha preservado la esencia histórica de la región desde el siglo XVII. Esta finca, que pertenece a la familia Civil, no solo es un testimonio arquitectónico, sino también un lugar activo que conserva tradiciones locales y, al mismo tiempo, se adapta a los tiempos modernos.

Un acceso imponente y una historia viva

La Casa de Sabariz se accede a través de un gran portalón de sólida construcción, adornado con un prominente escudo en la parte superior que da la bienvenida a los visitantes. Este primer contacto con la finca ya nos habla de la importancia del lugar y de su vinculación con la nobleza local.

La estructura del edificio es de planta cuadrada, con un patio interior enmarcado por una solana que recorre las fachadas interiores del pazo. En el punto donde se cruzan las dos alas del edificio, se levanta una torre que dota al conjunto de una estética clásica y armoniosa, reflejando el diseño tradicional de los pazos gallegos.

Un espacio que mantiene su vitalidad

Aunque la Casa de Sabariz es un bien histórico, sigue siendo un lugar de vida activa. Hoy en día, el pazo alberga la bodega “Lagar de Sabariz”, donde se elaboran vinos que siguen las tradiciones vitivinícolas de la región. El complejo también cuenta con un granero y un palomar, que completan la estampa rural que caracteriza a este enclave.

Cómo llegar

Ubicada en las coordenadas 42º 21' 12.6" N y 8º 02' 28.6" W, la Casa de Sabariz es de fácil acceso para aquellos que deseen conocer un pedazo de la historia y cultura gallega. Este pazo, aunque habitado, está abierto al turismo, ofreciendo una visión única de la Galicia rural, en la que el patrimonio y la viticultura se entrelazan de manera armónica.

El turismo cultural en San Amaro, y en particular en la Casa de Sabariz, permite a los viajeros no solo disfrutar de la belleza arquitectónica y natural de la zona, sino también sumergirse en las costumbres locales que han perdurado a lo largo de los siglos. Un lugar imprescindible para los amantes de la historia, la arquitectura y, por supuesto, del buen vino gallego.