Acceso directo
Descripción
Aldea Etnográfica de Carelle
La Aldea Etnográfica de Carelle, situada en el municipio de Muras, en la provincia de Lugo, es uno de los lugares más representativos del patrimonio cultural de la Terra Chá. Esta pequeña aldea, que forma parte de la parroquia de O Burgo (Santa María), nos invita a descubrir la rica historia y tradiciones de la Galicia rural.
Ubicación y Accesibilidad
La aldea de Carelle se encuentra en un paraje natural de gran belleza, en el corazón de la comarca de la Terra Chá, un lugar que destaca por su paisaje verde y sus tierras fértiles. Las coordenadas exactas de este enclave son 43º 26' 49.7" N y 7º 46' 08.0" W, facilitando su localización para quienes deseen visitarlo.
Un Viaje al Pasado
Carelle Grande, como se conoce a la parte principal de la aldea, es un lugar que conserva de manera admirable las construcciones tradicionales de la zona. Sus casas de piedra, tejados a dos aguas y chimeneas humeantes nos transportan a una época donde la vida giraba en torno a la agricultura y las costumbres autóctonas. Las calles de Carelle, tranquilas y rodeadas de naturaleza, permiten al visitante conocer cómo era la vida en estas aldeas hace décadas.
Patrimonio Cultural Vivo
La Aldea Etnográfica de Carelle no solo conserva su arquitectura tradicional, sino que también es un ejemplo de la vibrante cultura gallega. El lugar alberga elementos etnográficos que muestran las herramientas, utensilios y objetos de uso cotidiano de los habitantes de antaño. A través de su visita, es posible conocer el proceso de transformación de la vida rural en Galicia, y cómo las costumbres y oficios han ido pasando de generación en generación.
Un Destino para el Turismo Rural
Para quienes busquen una experiencia auténtica y alejada del bullicio de las grandes ciudades, la Aldea Etnográfica de Carelle es un destino ideal. Ofrece una forma de turismo respetuosa con el medio ambiente y con la historia local, invitando a los visitantes a sumergirse en la Galicia más tradicional.
Visitar esta aldea es una excelente oportunidad para disfrutar de la tranquilidad del entorno, explorar los paisajes naturales de la Terra Chá y conocer más sobre el patrimonio cultural gallego. Sin duda, un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, permitiendo que cada rincón cuente su propia historia.