Fervenza de Arcos

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Galicia turística

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Descripción

Fervenza de Arcos

En el corazón de la provincia de Pontevedra, en la pequeña aldea de Arcos, se esconde un rincón natural de gran belleza: la Fervenza de Arcos, una serie de cascadas que se despliegan en el arroyo de Santo Tomé. Este lugar, alejado del bullicio urbano, ofrece a los amantes de la naturaleza una experiencia tranquila y revitalizante.

¿Cómo llegar a la Fervenza de Arcos?

Para llegar a la Fervenza de Arcos, partimos desde el municipio de Mosteiro. Desde allí, debemos tomar el desvío hacia San Tomé de Nogueira y continuar hasta la aldea de Arcos. En la zona, encontraremos un área recreativa donde se puede aparcar. Desde este punto, hay que bajar hacia el río, donde descubriremos los saltos de agua que caracterizan a este enclave natural.

Un paisaje natural en calma

Las cascadas de la Fervenza de Arcos se encuentran en el arroyo de Santo Tomé, un afluente del río Cañón, que a su vez es un tributario del río Umia. El agua proviene del monte Castrove y, a su paso por la zona de San Tomé de Nogueira, salva un desnivel sobre rocas graníticas, creando varias cascadas de escasa altura pero de gran encanto. El paisaje es de una gran belleza, ideal para los amantes de la naturaleza que buscan desconectar en un entorno tranquilo.

Sin señalización: un reto para los aventureros

Es importante tener en cuenta que no hay señalización en el camino, por lo que es recomendable ir con mapas o guías locales. Aunque el acceso no es complicado, la falta de señales puede hacer que el recorrido sea algo más desafiante, lo que lo convierte en una experiencia más auténtica para quienes buscan aventuras en la naturaleza sin grandes aglomeraciones.

La Fervenza de Arcos es, sin duda, un pequeño tesoro escondido en el paisaje gallego, ideal para una escapada en la que disfrutar de la serenidad y la belleza de las aguas caídas.